Luis Gabriel

On enero 9, 2014 by La Quinta Pata
luisgunnamed

Fragmento de un diálogo sin sentido

-Yo no soy migrante. Yo sólo fui un estudiante que se quedó a trabajar, que pudo conseguir pronto “los papeles”, y que ha permanecido legalmente en España todo este tiempo. Yo tengo estudios, título, y ahora mismo, trabajo.
-Entiéndelo ya: tienes casi 8 años fuera de México, eres un migrante.
-¡No! Yo sólo soy otro mexicano que vendió su coche y vino a hacer un Máster en diseño. Pero como vine en 2006 y la cosa estaba más fácil antes de la crisis, tuve más oportunidades. No soy migrante: eso es para los que ya se quedan para siempre.
-Ah, sí… ¿y cuándo te regresas?
-Bueno… eso no es algo fácil de contestar.
-Nunca lo has tenido claro y siempre has tenido un pretexto para quedarte. Si no es el Máster, es el trabajo, o el paro, o un trabajo nuevo. ¿Por qué no aceptas que has sido un migrante todo este tiempo y que tienes todo el legítimo deseo de querer quedarte en Barcelona?
-Porque sigo manteniendo mis raíces en México, y sigo siendo mexicano, y mi familia y mis amigos siguen viviendo ahí. Y eso no lo quiero perder.
-Pero tú no estás ahí, y no quieres volver. Y secretamente te regodeas en el hecho de haber pedido la nacionalidad española porque sabes que te va a dar estatus cuando vuelvas de visita a México.
-¡No la pedí para eso! La pedí porque me gusta vivir en Barcelona, porque aquí he vivido de manera más intensa en 7 años que en 26 en México, porque aquí he aprendido a valerme por mí mismo, porque aquí me gusto más, porque he vivido momentos muy cercanos a la felicidad absoluta y porque me he rodeado de una pequeña familia de gente muy querida, elegida por mí. Y porque cuando me retire quiero vivir en Cadaqués.
-Recuerda que esa “familia” ha ido cambiando cada año: casi nadie se queda a vivir en Barcelona. Eso era cuando sólo conocía gente de fuera de Barcelona. Ahora mismo tengo gente a la que quiero mucho, que no se irá de aquí.
-Pero sabes bien que en México tendrías las puertas abiertas a mejores trabajos, y la estabilidad que tenías hace años. Ese retiro tranquilo sería más viable en otro sitio ganando más dinero. Y aún así pediste la nacionalidad…. Eres contradictorio y caprichoso, no crees?
-Es que no quiero volver a DF. Ya sé que ahí hay mucha gente que me quiere. Pero sería como comenzar de nuevo. La vida ha seguido su curso desde que salí: ya no encajo en la conversación de nadie. De momento aquí vivo tranquilo, me he hecho a la manera de vivir de aquí.
-¿Ves? Tú no quieres volver. Aunque ¿qué habías dicho sobre tu madre?
-Que no la voy a dejar sola, por supuesto. Como mi padre ya no está y soy hijo único, acortaré distancias en el momento adecuado.
-Pero dijiste que ella era el único “motivo importante” para volver a México… Sí, pero ella todavía no se ha negado a venir a vivir aquí. Mantengo la utópica esperanza de que traerla. Eso sí: solamente si obtengo la nacionalidad española. De otro modo, no.
-Entonces serían dos migrantes. ¿Tú estás seguro de que tu madre quiere serlo? ¿Podrás desarraigarla de una larga vida en México? ¿Tienes los medios?
-Sólo sé que cada vez que vuelvo a México me causa más tristeza dejarla sola. Pero cada día que paso en Barcelona me cuesta más trabajo la idea de no vivir aquí. Y siempre acabo con el mismo lío en la cabeza. Creo que nunca dejarás de ser migrante mientras no decidas asentarte. En el fondo, a veces tengo miedo de que nunca llegue ese día.

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